El dióxido de carbono (CO2) es un componente esencial de la vida en la tierra; si el planeta tiene una temperatura habitable es gracias a que el CO2 retiene en la atmosfera una parte de los rayos solares, pero la actividad humana sobre todo el uso de combustibles fósiles, está aumentando el nivel de CO2 en la atmosfera hasta niveles nunca vistos en los últimos 650 000 años. Es como una manta demasiada gruesa que calienta la Tierra hasta el extremo que podría verse alterado el equilibrio climático que permita la existencia de la vida tal como la conocemos.
Son muchas actividades que generan CO2, desde respirar hasta ir en carro. Sumándolas se obtiene una media individual de once toneladas en el Reino Unido y de veinte en Estados Unidos. Según los científicos, si pretendemos limitar el cambio climático cada uno de nosotros deberá reducir la llamada “Huella de Carbono” a menos de dos toneladas y media anuales. Esto se podría conseguir si se hicieran ciertos cambios en nuestro estilo de vida.